Hace 12 años atrás tuve una experiencia que transformo mi vida. A mis 26 años era un hombre completamente diferente al que soy hoy en día. Tenia una doble vida, de 6am a 6pm era Inuarashi, y de 6pm a 6am, era Nekomamushi. Otra forma de decir lo mismo es que de día era un ejecutivo exitoso, y de noche era una leyenda que se movía en las sombras. Viví así durante años, había hecho una división clara en mi persona según las horas del día, tanto así, que en realidad de día me llamaban por mi nombre y de noche me llamaban por otro nombre. Quisiera decir que me llamaban por mi otro nombre, pero la verdad es que era otro nombre porque era otro hombre.
Volviendo a mi experiencia, estuve en el cuarto oscuro donde todas las voces externas pudieron ser silenciadas para poder escuchar mi propia voz y saber claramente que era lo que decía la voz del día y la voz de la noche. Ya que la Leyenda se movía solo de noche y en las sombras, la única voz que hablaba era esa. No había mucho sol, y lo poco que había de sol era solo tocado por la punta de los dedos de mi mano derecha. Un día, en medio del silencio de una de mis voces, empecé a escuchar mi propia voz, y me di cuenta de que en la dualidad de mi ser tan solo trataba las cosas superficiales que me afectaban. Lo que era mi fuerza era mi mal, lo que era mi debilidad era mi bien. La rabia que me movía por fin fue calmada una vez acepte que mi gasolina, mi razón de ser, el ímpetu de mi persona y la fuerza que proyectaban mi ojos, era esa misma rabia. Creo que te estoy simplificando esta historia demasiado, pero cuando por fin entendí la raíz de mi mal, deje de darle pastillas a mis síntomas y empecé a tratarme para por fin ser libre. Me tomo tiempo, tuve que pasar por el cuarto oscuro para entender. No todos necesitan pasar por ahí, pero todos si necesitan estar solos con sus pensamientos y sentimientos y ser honestos con sus realidades. Muchas veces tantas voces externas hacen mal. Tener apoyo moral, no es eso en realidad, muchas veces ese dicho apoyo es la expresión de malestar de otros, o simplemente lo que queremos oír cuando estamos claramente equivocados. Es mejor ir a la raíz de las cosas, ten claro que para lograr eso, es importante ser honesto y maduro. Una de las formas en las que sabemos que hemos madurado es cuando aceptamos el mal que causamos y decidimos pararlo.